La música tradicional canaria, como toda la cultura del archipiélago, se caracteriza por la confluencia de diferentes influencias llegadas a las islas. Sobre el sustrato proporcionado por los antiguos pobladores se asientan también los influjos provenientes de la conquista y posterior colonización por parte de españoles, así como influencias de los portugueses y centroeuropeos entre otros.
Es una manifestación que ha tomado su propia personalidad a través del tiempo, recogiendo la idiosincrasia del pueblo canario. De tal forma, el folklore musical canario se diferencia de aquel que en su momento fue el originario. Destaca hoy la variedad y riqueza de sus cantos y bailes.
En tiempos de la conquista y colonización de las islas Canarias, se expandió por las cortes europeas el denominado “Baile del Canario”. Era esta una danza practicada por los aborígenes canarios transportados al continente. Si bien, de esta manifestación quedan escasas referencias. Al parecer, bailes actuales como el tajaraste, el tango herreño o el sirinoque mantienen relación con aquel “Baile del Canario”. De estos, el sirinoque palmero es el que más influencia aborigen poseería.
En torno al siglo XVI, se produce un tipo de canciones funerarias a modo de lamento, las endechas, que no tienen su origen en las islas. Al contrario, son posiblemente una aportación judía, pero arraigaron tanto en el pueblo canario que fueron incluidas en los cancioneros de la época como “Endechas de Canaria”. Los descendientes de los aborígenes las cantaban en su propia lengua.
En la actualidad, las isas, folías y malagueñas son los géneros más populares. En el apartado de géneros folclóricos se ampliará cada una de las diferentes formas musicales del folclore canario.