Para conocer la prehistoria, es necesario recurrir a la arqueología, puesto que de esa etapa no existen documentos escritos que expliquen las formas de vida propias del Paleolítico ni del Neolítico. Son edades de la historia anteriores a la invención de la escritura.
En el caso de la prehistoria en las Islas Canarias se remonta a una época que convive cronológicamente con la edad antigua, en la que ya existía la escritura, pero en nuestro archipiélago los primeros pobladores llegaron del norte de África y vivieron como en el neolítico. Es reciente la investigación arqueológica que ha aportado información acerca del origen de los primeros pobladores, cómo eran y cómo vivían los aborígenes canarios, cómo se adaptaron al medio, etcétera.
Las fuente indican que hasta la conquista de las islas por la Corona de Castilla en el siglo XV en las islas se vivió como en la prehistoria y son muy pocos los hallazgos de escritura sobre piedra.
La teoría más probable es que la población procediera del norte de África y llegara a Canarias en busca de tierras para establecerse y cultivar. Aunque los restos arqueológicos más antiguos que se han encontrado en el archipiélago datan del siglo I a.C., algunos historiadores aseguran que las islas estaban habitadas desde mucho tiempo antes.
Fenicios y cartagineses navegaron por el Atlántico en busca de productos con los que comerciar, como la púrpura, y es muy probable que en sus expediciones llegaran hasta las costas canarias. A partir del siglo I, escritores griegos como Plutarco empezaron a mencionar y describir con mayor precisión las Islas Canarias, a las que llamaron islas de los Bienaventurados. Para ellos las islas eran un paraíso, por el clima, el paisaje y la abundancia de riquezas. Posteriormente los romanos también exploraron las islas como ha quedado documentado por Plinio el Viejo.
gobiernodecanarias.org/medusa/ecoblog/asanramf/files/2014/10/Historia-de-Canarias.pdf
www.gevic.net/info/capitulos_cat.php?idcategoria=1
Antes de la conquista de Canarias, la orchilla ya era objeto de comercio entre los navegantes que llegaban a las Islas y los aborígenes canarios, porque se trataba de un producto muy cotizado en los mercados europeos. A comienzos del siglo XV, Jean de Bethencourt, líder de la conquista normanda, se adjudicó el monopolio del preciado liquen, y posteriormente lo hicieron los Reyes Católicos, cuando concluyó la conquista de Tenerife, en 1496. La exportación de orchilla representó una importante fuente de ingresos para Canarias, pero fue perdiendo interés al irse agotando las comunidades liquénicas, que tardan muchos años en regenerarse, si bien en algunas islas su comercio pervivió de forma marginal hasta finales del siglo XIX.
El oficio de orchillero era muy peligroso ya que debía colgarse de riscos y acantilados para alcanzar las mejores colonias de líquenes, y muchos lo pagaron con la muerte. Toda la orchilla recolectada en Canarias se enviaba al puerto de Santa Cruz de Tenerife, pues se trataba de un producto estancado, esto es, su comercio era monopolio de la Real Hacienda, que facilitaba a los orchilleros cuerdas, sacos y las herramientas necesarias para su recolección.
La-orchilla-y-la-cochinilla-fuente-de-tintes-naturales-ambas-seres-vivos-completamente-diferentes/